A una indignada conmigo
Creo que debemos exigir los mᅵnimos –esos mᅵnimos que expongo— necesarios para vivir en la sociedad que hemos elegido.
Creo que debemos exigir los mᅵnimos –esos mᅵnimos que expongo— necesarios para vivir en la sociedad que hemos elegido.
La situaciᅵn de indefensiᅵn de multitud de mujeres, especialmente las africanas, frente a la violencia de gᅵnero, el racismo y la indiferencia, exige que sigamos luchando.
Una mujer, embarazada, que esconde su estado durante los nueve meses de gestaciᅵn incluso a su pareja y a sus hijos, que da a luz sin ayuda, y que despuᅵs decide deshacerse del bebᅵ, es una mujer sola.
Me ha disgustado especialmente el establecimiento de una tasa en los procedimientos civiles relacionados con las cuestiones del derecho de familia.
La semana pasada aparecᅵ en varios programas de televisiᅵn con la cosa de los desahucios, de mi desahucio.
Desde hace aᅵos se vienen haciendo toda clase de anᅵlisis para intentar comprender quᅵ es lo que le pasa a esta sociedad nuestra que no logra disminuir la violencia contra las mujeres.
Algunas mujeres que han conseguido salir de situaciones de malos tratos prolongados por parte de sus parejas dicen que no les gusta que nos refiramos a ellas como vᅵctimas. Que prefieren ser consideradas supervivientes.
Se aproxima el 25 de noviembre, dᅵa de denuncia internacional contra la violencia de gᅵnero.
Hace ya muchos aᅵos que un tipo dijo en voz alta, en algᅵn ambiente pᅵblico, Yo soy de derechas, algo impensable en los sesenta.
Una terrible maᅵana, una oscura y densa nube que llegᅵ de tierras lejanas, ensombreciᅵ repentinamente a aquel paᅵs.